viernes, 25 de febrero de 2011

Etapas del vínculo laboral

Etapas del vínculo laboral
1. La entrega

En un primer momento, se llega al trabajo con todo el espíritu pleno de ilusiones y con disposición para mostrar y desplegar los propios valores.
Es la etapa donde florece la creatividad y, en general, hay proactividad, hay ganas de arriesgarse.

De a poco, esta "luna de miel" se transforma y llegan los primeros desacuerdos, los malentendidos, los primeros conflictos.

Cuando esto sucede se puede actuar de tres maneras diferentes:
  • Se comunica el desacuerdo y se reajusta el vínculo.
  • Se comunica el desacuerdo, pero no se logra consensuar una solución.
  • No se comunica el malestar, y permanece como una molestia interna.
2. El compromiso

En esta etapa aparece una limitación a hacer "lo que nos piden". Se considera que el valor agregado propio no es considerado ni es tenido en cuenta, entonces se limita la contraprestación.
En general, esto no es percibido por la organización. Todo se sigue haciendo con normalidad, pero el sentimiento es que sólo se está para cumplir y ya no hay ganas de explorar ni de arriesgar.
En este plano, también se puede proceder a la negociación logrando un reajuste o no, o bien a la actitud de "guardarse" el conflicto de modo interno.

Si todo se resuelve, se pasa a un estado de satisfacción y se "sube un escalón". Pero si todo queda sin resolverse, se desciende un escalón.

3. La participación

A esta altura, si no se produjo el ajuste de la relación laboral, se entra en el plano de la rutina. No hay interés por ser proactivo ni participativo. A su vez, ya no se puede aparentar mucho, la situación ya se está percibiendo a nivel de la organización.
La infelicidad es un sentimiento individual pero que también tiene exteriorizaciones.

En este nivel ya no se cumplen las expectativas personales, pero tampoco se satisfacen las del empleador. Se da un punto de inflexión en el vínculo que puede estar indicando una caída en el síndrome del "despido interior".

Si el conflicto se resuelve se "sigue peleando" desde adentro. También se puede tomar la opción de retirarse o bien se llega al punto en que la empresa provoca el despido.
Pero, si se sigue adelante tratando de obviar la insatisfacción se provoca una situación de "despido interior".

4. La retirada
En este punto, ya hay una "rebelión" contra la organización. Se puede caer en el estado de víctima de la situación. Se asigna la culpa del malestar al entorno y a la corporación.

Hay una rebeldía pasiva o encubierta. En la medida en que el resto no cambia, se toma conciencia de la necesidad de provocar el cambio desde uno mismo.

Sin embargo, esto no siempre se puede enfrentar y sucede que existe dificultad para asumir la necesidad de modificar la situación, incluso, a sabiendas de la insatisfacción.

5. La resignación

La desilusión es fuerte en este nivel. Se piensa que ya nada se puede hacer y aparecen las justificaciones del tipo: "mi jefe es así", "es trabajo, a nadie le gusta lo que hace".

Es una etapa de rendición y se sucumbe en un escalón más abajo. Reina un estado de falso conformismo del tipo: "mejor malo conocido que malo por conocer".

Se acepta el ajuste a la situación, aunque ello signifique "ir en contra de lo que somos". Esto involucra perder confianza en sí mismo y figurativamente se asemeja al concepto de "tirar la toalla".
Es que el miedo de empezar en un sitio nuevo paraliza. Este escalón es, sin dudas, el fin de una secuencia poco feliz. Se asemeja a un estado de "coma", donde no hay ritmo, no hay pulso, no hay ganas de seguir peleándola, es un dejarse estar.
No obstante, hay una luz al final del camino. El analista tunecino asegura que se puede "volver del despido interior".

El despertar Interior

Lo primero que tiene que suceder, para poder dar el gran paso y salir de la situación, es tener la necesidad de mejora.

"En ocasiones, sólo un cataclismo o una crisis nos podrán dar la fuerza para despertar de nuevo a nuestros sueños, valores y principios, todo depende de los kilómetros que hayamos recorrido en el despido interior", destacó Lotfi en su libro.
Por lo general, si se llegó muy lejos "para abajo" es probable que se requiera el apoyo de un experto o profesional que permita "salir del pozo".

Como en todos los planos, no hay soluciones mágicas pero Lotfi brinda un listado clave para poder "emerger". Así, el camino de vuelta puede estar desarrollado en base a pequeños pasos, en su mayoría del tipo cotidianos.
  • Conectar de nuevo con los propios sueños.
  • Tener una razón de existir según los valores.
  • Entregarse mejor a los demás y comprometerse con uno mismo.
  • Develar la fuerza interior con voluntad y disciplina.
  • Admitir que uno es una fuente inagotable de energía con posible equilibrio entre mente, emociones, cuerpo y espíritu.
  • Es importante salir "de la zona de confort", hay que "empujarse" por fuera de la comodidad y considerar el descubrimiento como la "nueva normalidad".
  • La mejor defensa es andar sin defensa.
  • La persona que más sabe qué es lo que pasa y qué es lo que se siente es uno mismo.
  • Hay que desarrollar la capacidad de duelo: dejar ir, hacer lugar, soltar, dejar que algo nuevo tenga posibilidades.
  • Se debe activar la memoria con logros y desactivarla para no apelar siempre al listado de los fracasos.
  • La capacidad de resiliencia debe estar presente, enfrentando la realidad tal y como es.

El Blog cuenta con mucha informacion importante. Accede a ella usando el buscador

Entradas populares