lunes, 8 de agosto de 2011

Trabajo, sedentarismo y obesidad

Todos los que pasan mucho tiempo fuera de su hogar, deben buscar en su agenda diaria un momento para comer y muchas veces, no es tan fácil de encontrar. Es aquí donde los casos de desordenes alimenticios son más frecuentes de lo que nos imaginamos, los empleados comen de prisa y se alimentan de manera poco saludable, debido a las horas tan demandantes en una oficina de trabajo.


La falta de tiempo es la causa principal por la cual las personas no pueden ordenar su alimentación dentro de la jornada laboral. El sedentarismo, el comer rápido y los malos hábitos pueden ocasionar problemas de obesidad, muchas veces difíciles de revertir.
 
Más de la mitad de las horas que pasamos despiertos, las pasamos en el trabajo, por lo que es una buena política de parte de quienes dirigen una empresa, trabajar codo a codo con los empleados para que éstos aumenten su consumo de frutas y verduras, además de la actividad física.
 
Las comidas rápidas, los dulces y el café, sumado a la falta de actividad física, se han transformado en las comidas que nos permiten ahorrar tiempo y retomar de manera más inmediata nuestras funciones. Sin embargo, no consideramos el daño que nos estamos haciendo, llegando incluso, en algunos casos al sobrepeso u obesidad, enfrentándonos a un problema cada vez más frecuente dentro de este mundo tan desarrollado.
 
En las oficinas, en lugar de levantarnos y dirigirnos al lugar de un compañero a dialogar con éste, muchas veces preferimos enviarle un correo electrónico o chatear con él. Al parecer las nuevas tecnologías tampoco contribuyen a incentivar el ejercicio y por ende, la vida sana”, comenta Pablo Molouny, Gerente General de Trabajando.com Argentina.
 
Como un consejo está el no saltarse comidas para lograr una alimentación óptima. Comer cinco o más porciones de frutas y verduras, además de realizar por lo menos 30 minutos de actividad al día, puede ayudar a reducir los riesgos de enfermedades como la obesidad. Esta enfermedad existe, y el lugar de trabajo es el sitio clave para tratar esta enfermedad”, plantea Molouny.
 
Las empresas tienen hoy en sus manos la posibilidad de reducir de manera considerable los riesgos de obesidad de cada uno de sus empleados mediante una alimentación saludable y actividad física, sólo es hora de que la puesta en práctica sea más frecuente.

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